Revista Mercado 2009

Se trata de una integración de metodologías basada en obtener más valor con menor costo, logrando alto impacto con baja inversión. Para maximizar el retorno, para obtener resultados concretos, para gestionar mejor los cambios, para obtener el mayor provecho en las transformaciones y para controlar los costos.

Por Luis Bendersky (*)

En el contexto actual, nuevos enfoques para nuevos desafíos harán la diferencia.

El concepto y las prácticas de Squeeze pueden aplicarse en empresas que están atravesando distintos escenarios de negocio:

a)- Optimización de inversiones. Están planeando encarar proyectos de inversión y necesitan realizar un replanteo de modo de optimizarlos. ¿Cómo priorizar y maximizar el retorno? ¿Cuáles son los aspectos claves a seguir para obtener resultados concretos?

b)- Aseguramiento de resultados. Acaban de concretar importantes planes de inversiones pero requieren de una segunda mirada, redireccionamiento o reevaluación, que posibilite asegurar los resultados. Es el caso de empresas que han realizado grandes transformaciones operacionales, organizacionales y/o tecnológicas. ¿Cómo asegurarnos el uso efectivo de la inversión realizada? ¿Cómo gestionar mejor los cambios en el negocio y su impacto en los procesos? ¿Cómo asegurarnos que las personas están involucradas y sacan el máximo provecho a la transformación realizada?

c)- Optimización de gastos. No han realizado inversiones y se encuentran operando tal como lo venían haciendo y, no obstante ello, se encuentran con la necesidad de optimizar sus gastos. Como ejemplo, muchas empresas concentraron sus esfuerzos de negociación en cerrar contratos de voluminosas cifras pero: ¿quién controla el cumplimiento y los costos?,

¿Cómo se gestionan los servicios contratados?

El Squeeze es abarcativo y de aplicación múltiple y ayuda a encontrar las respuestas a las preguntas anteriores; es situacional, ya que es una herramienta válida para ser utilizada en distintos contextos y más aún en el actual; y encierra en su significado la firme intención de obtener resultados positivos con esfuerzos proporcionalmente pequeños.

El Squeeze y sus dimensiones

Debe apuntar hacia objetivos bien concretos:

1)- Obtener el máximo potencial de los recursos humanos con que cuenta la empresa, mediante el involucramiento de todos. Se trabaja en generar un cambio cultural dentro de la compañía a través de concientizar y comprometer a cada uno de sus integrantes con el hecho de que el cambio comienza desde cada persona.

2)- Reducir costos a través de una relación más efectiva in/outsourcing, sin sacrificar la calidad del servicio. A través de un análisis de cuestionamiento de valores agregados, de economías de escala, de competitividad de tercerizar o no.

3)- Mejorar la productividad y reducir costos relevantes más allá de los costos de estructura.

4)- Hacer mayor foco en la gestión de procesos, optimizando los críticos y descartando los que no agregan valor, integrándolos y orientándolos a los factores claves del negocio.

5)- Optimizar la cobertura y efectivizar la utilización de tecnología informática existente, poniendo foco en la integración y en nuevas soluciones de alto impacto que privilegien la efectividad del servicio o la eficiencia operacional.

6)- Por último, implementar mecanismos de medición de los resultados y esquemas de control de gestión que contribuyan a la toma de decisiones, que puedan brindarnos más información, simplificar el control y reforzar la gestión.

En definitiva, un enfoque integral que persigue la efectividad operacional a través de procesos más eficientes, gente más involucrada y capacitada, mejor información, más gestión y mayor cobertura e integración de los sistemas instalados, donde la clave está en obtener más valor con menos costo, a través de un enfoque donde 20% de inversión adicional genera 80% adicional de resultados.


(*) Luis Bendersky es Socio Director de Paradigma.