Por Gustavo Calveiro – Socio
Algo bueno quedará, son momentos de oportunidad.
Comencemos compartiendo un antiguo cuento sufi, llamado «El anillo del Rey».
Una vez un rey dijo a los sabios de la corte: Me estoy fabricando un precioso anillo. Quiero guardar oculto dentro algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total. Tiene que ser un mensaje corto, de manera que quepa debajo del diamante del anillo. Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
El rey tenía un sirviente anciano por el cual sentía un inmenso respeto y le consultó. Y éste le dijo: en una ocasión me encontré con un místico, era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje –el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas –le dijo- mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación-
Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle. Ya podía escuchar un valioso mensaje “ESTO TAMBIÉN PASARA”. Mientras leía sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.
Aquellas palabras habían resultado milagrosas, el rey se sentía agradecido. Reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Al día siguiente hubo una gran celebración con música y bailes, el rey se sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado y le dijo: -Este momento también es adecuado para que vuelvas a leer el mensaje. Pero si ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado o en una situación sin salida, dijo el Rey. -Escucha –dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. El rey volvió a leer el mensaje: “ESTO TAMBIÉN PASARA” y nuevamente sintió la misma paz, silencio, su orgullo y ego, habían desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado.
Entonces el anciano le dijo: –Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.
Las crisis pasan, y nos hemos diplomado en la navegación en aguas turbulentas, re-inventándonos permanentemente. Nos hemos preparado siempre para resolver incertidumbres, operar en contextos cambiantes y con limitación de recursos.
Todo lo que hicimos hasta ahora nos ponen delante del mayor desafío que hemos vivido, porque esta vez es global y hablamos de cuidar a las personas y a las organizaciones al mismo tiempo. Se juegan las familias, los amigos, los compañeros, los objetivos y el esfuerzo de tantas personas construyendo sus proyectos personales.
Son momentos de miradas amplias, generosas, constructivas y proyectivas, aunque lo inmediato nos abrume. Lo que cada uno de nosotros y las organizaciones a las que pertenecemos hagamos durante esta crisis será lo que muestre de que estamos hechos. Lo que marcará nuestra huella en nuestra vida y la de los demás.
En Paradigma creemos que hay mucho positivo por aprovechar en estos momentos:
- Son momentos de generosidad, compartiendo lo que conocemos para que lo puedan tomar todos, clientes y no clientes.
- Son momentos de apertura con quienes tienen ideas y soluciones que puedan adoptar.
- Son momentos de proximidad, con nuestros clientes, colaboradores y proveedores, pensando en conjunto, cuidándonos unos a otros, adaptándonos a un contexto que cambia varias veces por día.
- Son momentos de flexibilidad, entendiendo que lo que definimos ayer puede no adaptarse hoy.
- Son momentos de grandeza, donde las pequeñeces y rivalidades se dejan de lado, para cuidar el bien común, el lugar donde vivimos, los vecinos que tenemos.
- Son momentos de inspiración, para que conviva la resolución compleja de lo inmediato que nos cuida para sobrevivir, con lo que viene después, ¡porque hay un después!.
Estamos viviendo la mas increíble acción masiva de gestión del cambio e inclusión digital que pudimos imaginar. Los mas curtidos saldrán mucho mas digitales, y los mas jóvenes crecerán en la resolución de problemas ante la adversidad. Home office, teletrabajo, virtualidad, colaboración fortalecerán las capacidades de las personas, aptas para un futuro distinto. Y sera el momento de prepararse para nuevos desafíos, «que debemos comenzar a imaginarnos hoy», al mismo tiempo que resolvemos lo inmediato, porque como le decían al Rey de la leyenda, esto también pasará!.
Paradigma estuvo estos últimos 27 años acompañando a sus clientes, colaboradores y partners, estando lo más próximo y fuerte posible, lo seguirá estando ahora más que nunca y lo estará en el día después para seguir creciendo a través de estos nuevos desafíos.