El primer sector en tener que redefinirse.

Por Santiago Díaz Hartusch, Gerente de Paradigma Sociedad de Soluciones

Paralización de vuelos internacionales. Permisos para circular que vencen cada 24 horas. Autorizaciones policiales para descargar camiones. Buques varados en altamar, sin protocolos efectivos para intercambio de tripulaciones. Escasez de componentes críticos. Operaciones con capacidad reducida por ausentismo. Durante estos meses de la pandemia, al estar en la primera línea de emergencia el sector de operaciones y logística ha sido el primero en tener que redefinirse ante los nuevos desafíos derivados de las diversas restricciones, cierre de fronteras, confinamiento e impacto en los negocios.

Durante estos meses de la pandemia, al estar en la primera línea de emergencia el sector de operaciones y logística ha sido el primero en tener que redefinirse ante los nuevos desafíos

Esta situación afectó incluso a compañías que han venido implementando programas de reducción de inventarios y minimización de costos operativos, tales como el aprovisionamiento “just in time”, políticas de cero stock, o localización de nodos logísticos en zonas marginales. Ni siquiera estas empresas de clase mundial, a la vanguardia de las mejores prácticas de mercado, habían considerado un escenario de paralización 360° de las operaciones en sus planes de continuidad de negocios.

Ni siquiera estas empresas de clase mundial, a la vanguardia de las mejores prácticas de mercado, habían considerado un escenario de paralización 360° de las operaciones

¿Cómo mantener las operaciones en ejecución, amalgamando modalidades presenciales y remotas? ¿Cómo prevenir la escasez y asegurar el aprovisionamiento? ¿Cómo garantizar un lugar de trabajo seguro y productivo? Se está gestando un cambio crucial con un impacto significativo en la cadena de suministros, destinado a perdurar más allá de este período de emergencia. Sólo las empresas que abracen un enfoque integral para la gestión de Operaciones y Supply Chain, estarán en una mejor posición para “surfear esta ola” en el tránsito hacia la nueva normalidad.

Volver a lo fundamental. En primer lugar, se impone repensar la estrategia integral de la cadena de valor para hacer frente a los desafíos del negocio en el nuevo contexto. Es necesario revisar la integración y posicionamiento con proveedores y clientes, fijando nuevos acuerdos de niveles de servicio que sean compatibles con las nuevas realidades de cada uno. Se debe reformular el balance óptimo entre el sourcing interno y externo, y la gestión de funciones centralizadas y descentralizadas. Puede volverse necesario reconfigurar el mapa logístico y el modelo de relacionamiento entre todos los actores del ecosistema (productores, proveedores y operadores logísticos). Estas definiciones son el núcleo fundacional y la columna vertebral que da sentido a cualquier programa de mejora.

Repensar la estrategia integral de la cadena de valor para hacer frente a los desafíos del negocio.

Más cerca, más rápido. Generar alternativas que garanticen la disponibilidad y continuidad del flujo de materiales y servicios, es clave. Maximizar el nivel de servicio, minimizar el riesgo, y disponer de un suministro en tiempo y forma en tiempos de pandemia, representa un desafío extra cuando además se busca mantener la operación sin perder competitividad. Se observa un cambio de enfoque en la relación con los proveedores, donde se privilegia un suministro local y cercano frente a un abastecimiento global definido corporativamente. Pero donde a cambio se impone desarrollar acuerdos que blinden a la operación de previsibilidad, confiabilidad y capacidad de respuesta frente a cualquier falla potencial en la cadena de abastecimiento. La cooperación entre compañías que compiten en el mercado pero tienen necesidades comunes de abastecimiento, propicia mejores condiciones de negociación para sí mismas y por otro lado minimiza la cantidad de acuerdos a negociar individualmente por los proveedores.

Disponer de un suministro en tiempo y forma en tiempos de pandemia, representa un desafío extra cuando además se busca mantener la operación sin perder competitividad.

Los nuevos requerimientos que impondrá la nueva normalidad también deberán ser recogidos por las políticas de inventarios. La posibilidad concreta del desabastecimiento alteró el racional de la ecuación de costos versus riesgos. En países desarrollados existen alternativas de aprovisionamiento que presentan enormes oportunidades de expansión a nivel local, tales como la implementación de tecnologías de impresión 3D de repuestos plásticos y metálicos.

Una operación con “antivirus”. Se vuelve un imperativo desarrollar una operación donde convivan la flexibilidad con la adherencia a las nuevas exigencias de Seguridad e Higiene. Dotar a nuestros empleados de una ambiente seguro, donde existan procedimientos que mitiguen el riesgo de contagio y protocolos claros ante la aparición de potenciales casos, contribuye en forma directa a incrementar la productividad. Implementar medidas de distanciamiento social en los espacios de circulación, incrementar la limpieza y desinfección de zonas comunes, reforzar protocolos y controles de acceso a instalaciones, dotar al personal de equipamiento de protección, entrenar y desplegar piezas de comunicación audiovisual que refuercen prácticas correctas, han sido medidas que encontraron un lugar protagónico en la agenda de los responsables de Operaciones. Asimismo, se debe garantizar la protección y privacidad de los empleados infectados tanto dentro como fuera de la oficina.

Se vuelve un imperativo desarrollar una operación donde convivan la flexibilidad con la adherencia a las nuevas exigencias de Seguridad e Higiene

El mantenimiento, actividad esencial. Maximizar el nivel de servicio para garantizar la disponibilidad y vida útil de los activos se ha vuelto el desafío principal para las áreas de Mantenimiento. En este sentido, la clave para ser competitivo en la nueva normalidad consistirá en lograr un mix adecuado de intervención presencial  y remota, que a su vez preserve la ecuación de costos de mantenimiento y el tiempo de intervención sobre los activos.

La logística en el centro de la escena. 
La necesidad de garantizar el suministro en cuarentena, y sobre todo el crecimiento exponencial de la venta online, ha revalorizado a la actividad logística y también ha puesto en evidencia los retos a enfrentar. Se vuelve necesario dotar a nuestra cadena de distribución de mayores capacidades para reaccionar rápidamente ante eventos de crisis o medidas gubernamentales tendientes a aumentar el proteccionismo y el cierre de fronteras. Es importante reforzar con nuevas prácticas y herramientas que permitan anticipar situaciones y actuar en tiempo real, tales como planificar la reserva de espacios en bodega, agilizar el intercambio de documentación de comercio exterior, o implementar soluciones de ruteo, trazabilidad y monitoreo de flota.

 La necesidad de garantizar el suministro en cuarentena, y sobre todo el crecimiento exponencial de la venta online, ha revalorizado a la actividad logística y también ha puesto en evidencia los retos a enfrentar.

La transformación digital, presente. Las áreas de Procesos y Tecnología pueden apalancar la gestión de la cadena de suministros al hiperacelerar la transformación de procesos y la adopción de soluciones de Industry 4.0. En la nueva normalidad, cobrarán protagonismo las tecnologías complementarias que favorezcan el teletrabajo (ej: automación del manejo de materiales, mantenimiento remoto, centros de control de operaciones), potencien el desempeño del negocio y faciliten la explotación de información (ej: soluciones de BI, mobile, workflow, seguimiento de activos, etc.). Por otra parte, conceptos tales como “digital twin” o gemelo digital (réplicas virtuales de objetos o procesos industriales que simulan el comportamiento de sus homólogos reales), o blockchain (para administrar y rastrear la trayectoria de decenas de millones de contenedores en todo el mundo, o para mejorar el manejo de información detallada con el intercambio en tiempo real de eventos y documentos originales) figuran a la vanguardia de las tecnologías que marcarán tendencia en los próximos años, trascendiendo las fronteras de las empresas para integrar a aduanas, autoridades y entes regulatorios.

En la nueva normalidad, cobrarán protagonismo las tecnologías complementarias que favorezcan el teletrabajo.

Home office, un punto de inflexión. Las áreas de Capital Humano juegan otro papel clave en reorganizar equipos efectivos trabajando en forma remota y segura, bajo las nuevas formas de trabajo potenciadas por la pandemia. Los entornos colaborativos, la capacitación virtual, las auditorías remotas (en áreas propias o en proveedores), los esquemas flexibles de turnística, e incluso la automatización de tareas de backoffice apalancadas en tecnologías de RPA (Robot Process Automation), viabilizan la transición hacia la nueva normalidad.

Defender el margen operativo. Los desafíos del nuevo contexto exigen mayor cuidado del capital de trabajo. En otras palabras, defender el margen operativo. La asociación de los costos y potenciales ingresos con todas las actividades de la cadena de abastecimiento permite explorar iniciativas de un impacto económico sin descuidar la eficiencia de los procesos involucrados. Técnicas del estilo “Zero Based Business” facilitan un abordaje estructurado de trabajo.

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