Revista Mercado 2010

Una de las carencias principales de los argentinos es la falta de respuestas. Las preguntas nos abruman, siempre la culpa es del otro. En este contexto, cómo podríamos imaginar un escenario que nos permita visualizar un cambio fundamental y de fondo en los próximos seis años.
Quizás si recurriéramos a algún oráculo con todas nuestras preguntas bajo el brazo, la educación sería la respuesta que nos daría. La ecuación es muy sencilla, más educación implica más desarrollo, más desarrollo deriva en más crecimiento, más salud, más democracia, más, más.

Para poder lograr esta tamaña empresa, deberíamos implementar un plan estratégico que involucre tanto a los actores privados como públicos. Desde las compañías se plantea un desafío fenomenal para fomentar en los trabajadores la innovación, la creatividad y el aprendizaje continuo. Desde el Estado y organizaciones gremiales, se deberán aunar criterios para llevar a cabo una política que garantice el acceso de los sectores más postergados a la educación, incluyéndolos en la espiral productiva.

Los docentes también son actores principales de este proyecto; es imprescindible la capacitación permanente y la adaptación a las nuevas tecnologías. Hoy, algunos alumnos googlean y llegan a la clase creyendo que ya saben. El desafío principal es enseñarles a clasificar la información, a desarrollar un espíritu critico. No es una tarea fácil y será imprescindible el apoyo de los padres. Por último, el ítem sobresaliente, la reformulación de los contenidos.

Es necesaria la actualización de algunos temas. El mundo cambia vertiginosamente, hay que estar preparados. ¿Estaremos capacitados a enfrentarnos al gran cambio? ¿Tenemos la voluntad de tener una sociedad educada? ¿Necesitaremos de un oráculo para predecir lo que nos va suceder en el futuro? No. Lo tenemos que construir día a día, con gente educada, con progreso, con ideas, con políticas a largo plazo, sin incertidumbre.


Luis Bendersky
Presidente de Paradigma