La consultoría del futuro: ¿puede haber tres mitades en un mismo cuerpo?

Cuando me propusieron escribir una nota sobre la consultoría del futuro, lo primero que me vino a la mente es ¿qué puedo aportar de original a una temática que puede llegar a ser de interés primariamente para los que se dedican a esta actividad? Actividad plagada de gente que además debería tener muy desarrolladas sus competencias de análisis crítico, avidez por la innovación, curiosidad, vocación por la contrastación y, si cabe, sana obsesión por capitalizar teoría que sea aplicable.Por suerte para la atractividad de esta nota, millones de personas nos dedicamos a la consultoría, ocupación que da para todos los gustos. Somos muchísimos, en formatos muy variados: agrupados en corporaciones o de a uno; con muchos años de recorrido o por un tiempo mientras vemos qué hacer en las tradicionales transiciones laborales; trabajando en muy diferentes disciplinas; orientados a dar servicio a grandes empresas o pequeñas, maduras o startups; en una geografía en particular o en forma global; especializados en alguna industria o en varias; apuntando a trabajar junto a directorios, niveles ejecutivos o a nivel del staff en general; etc., etc.Porque nos divierte, porque entendemos que tenemos algo para aportar, porque es nuestro sustento o porque no tenemos otra cosa que hacer.

Más allá de la vasta audiencia consultoril, me propuse igual escribir algo para cualquier lector que quiera leerlo, despojando el contenido de tecnicismos (aunque a veces pueda confundir mi lenguaje un tanto barroco).

No voy a ponerme a disquisicionar sobre qué probabilidad hay de plantear algo interesante si somos 8.000 millones de habitantes y han pasado cientos de generaciones de las que tengamos algún registro de sus ideas. Como tengo el sí fácil, vaya pues un intento de escribir esta nota.

«La consultoría del futuro» debería ser analizada en cuanto a qué entendemos por Consultoría y qué como Futuro.

En cuanto a Consultoría, voy a focalizarme en aquella cuya misión es transformar ideas en realidades, generando resultados concretos y sustentables que impacten en los múltiples stakeholders de una empresa, trabajando en equipos conjuntos durante un plazo de tiempo acotado.

En cuanto al Futuro, parece ser o percibimos, probablemente como cada generación, que se presenta más incierto, disruptivo, acelerado, interconectado, con nuestros Rockstars VUCA y BANI ¿más presentes que nunca?

Para esta Consultoría y este Futuro vayan pues algunas ideas de qué debería caracterizar a la consultoría del futuro.

Acá aparecen las tres mitades, jugando con que para lograr una Consultoría que se precie, una de las cuestiones clave es expandir y complementar el talento, sin límites. Talento de pensar, diseñar, desarrollar, ejecutar y plantar las bases de una evolución continua o, más que nunca, una transformación permanente y rápida.

¿Y cuáles son las tres mitades?

La primera es la Inteligencia, esa inteligencia comprensiva y abarcativa, que nos permite agregar valor, estructura, confianza en el logro del fin y también confianza en que los medios que utilizamos son los adecuados.

¿Y qué cambia de cara al futuro? Una inteligencia humana cada vez más complementada con la artificial. Cada vez se tratará más del HI + AI. La inteligencia humana crea la artificial, el buen uso de ésta será una muestra de una buena inteligencia humana. El no uso o la procrastinación de la inteligencia artificial, ya sea o no generativa, no parece ser una decisión muy inteligente y, menos aún, en la consultoría del futuro. ¡Y eso que esta nota no usa nada de ChatGPT!

Vaya desafío el de ir armando los blends adecuados entre ambas inteligencias y vaya desafío la necesidad de reinvención de muchas prácticas, metodologías y hasta de formas de trabajo. Como siempre, ¡vaya desafío de cambio cultural!

La segunda mitad se trata del aporte de Experiencia, experiencia concreta en haber hecho lo que se propone, en saber cómo hacerlo, tener un método, en saber qué hacer ante distintas circunstancias, en cómo capitalizar al máximo la capacidad asociativa y enriquecer el trabajo con experiencias en otras industrias, culturas, procesos, organizaciones y tecnologías, experiencia en el manejo de las expectativas, del involucramiento, del cambio, de la adopción, en el liderazgo de las transformaciones y en el armado de equipos potentes, motivados y con un propósito común.

¿Y qué diferencia hay entre la consultoría del hoy y la del futuro en esta mitad? En el futuro se van a exigir cada vez más aportes concretos con resultados tangibles, diagnósticos que sean un medio y no un fin. Experiencias ya hechas Soluciones, ya probadas y embebidas en tecnologías digitales, no sólo proposiciones, diseños o planes de acción; experiencias que se nutran no sólo del staff de consultores propio sino también de un ecosistema de colaboradores, expertos, academia y partnerships y alianzas, que permitan enriquecer, ensanchar o integrar cada vez más valor, creatividad, innovación o fuerza de ejecución. En el futuro ya presente, estas articulaciones están facilitadas por la conectividad y las nuevas formas de trabajo.

Y, por último, la tercera mitad, que dejo para el postre, se trata de ahora y para siempre del vínculo humano emocional entre el consultor y el cliente.

La consultoría, hoy y siempre, seguirá diferenciándose por valores que no sólo se declamen, sino que se evidencien a lo largo de la relación con los clientes y especialmente en los momentos de la verdad, como la predisposición, el compromiso, la empatía, la sensibilidad a las circunstancias y al entorno.

Estar cerca, ser próximos, cuidar al máximo las relaciones, no sólo perseguir un resultado, estar cerca de las personas y cerca de los hechos y de la acción. No todo se trata de trabajo remoto. Hay que sentir con los cinco sentidos, no sólo con los dos que hoy nos permite una tecnología ya masificada.

Desafíos de un presente/futuro más remoto, con menos fronteras, con equipos multiculturales, en multihorarios y, ni hablar, si en el futuro vamos a full con Consultoría en el metaverso. (No confundir con que la consultoría es un metaverso).

Bueno, voy finalizando en pos de no terminar de perder la atención de todos los lectores. No me alcanzó la nota para agregar otras muchas mitades, así que sepan disculpar las que elegí o la falta de espacio.

La síntesis es otro atributo clave del buen consultor y la resiliencia a las críticas también.

Nos vemos en el siguiente futuro.

>>>Leer la nota en El Cronista

2023-09-18T16:01:33-03:0018 septiembre , 2023|